Una empresa de publicidad decide promocionar un automóvil, y en el anuncio le pide al público que no se deprima si aún no ha adquirido ese modelo anunciado. En el fondo se puede observar un interés oculto y manipulador en este anuncio: se quiere señalar que el no tener ese automóvil puede ser causa de una depresión, o que si no lo tienes o no lo puedes adquirir, tienes motivos para estar deprimido. Pero podemos preguntarnos: después de ver el anuncio, cuántas personas se sienten deprimidas por no tener uno de esos automóviles?
En cuántas películas podemos ver la siguiente escena o similar!: el protagonista entra en un establecimiento donde le atiende una chica muy linda. El flechazo es instantáneo. - A qué hora sales? Te apetece tomar una copa?
Es esto manipulación? Se trata de un flechazo que es irreal; apenas se da en la vida real, pero se nos presenta como algo generalizado. El espectador ve estimulada su fantasía y eso le anima a seguir viendo la película o a decir al terminar que le ha gustado.
Y este es precisamente uno de los efectos más nocivos de los medios de comunicación audiovisuales: se llega a confundir la realidad con la fantasía: como esa escena es tan buena, tan fascinante... se llega a pensar que es real. Todos hemos leído con incredulidad noticias del siguiente tipo: una persona que después de ver Superman se lanzó desde la ventana de un 7 piso.
Ahora las personas piensan :" Las cosas son verdad, no porque lo diga el profesor o porque salga en los libros, sino porque lo dice la tele".
Ese confundir la realidad con la fantasía tiene graves consecuencias: como la película acaba siempre bien se piensa que si se actúa como en la película se acabará bien, feliz, satisfecho.
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